En el Libro «Encuentra tu Porqué» de Simon Sinek hace mención de una entrevista que le hacían a una candidata con unas excelentes calificaciones para un puesto en una gran corporación, habían varios prospectos con su mismo perfil, y le preguntaron que de diferente tienes tú de los otros.
La candidata respondió: “Antes de decirles lo que puedo aportar a la empresa – dijo calmadamente -déjenme decirles que me motiva a saltar de la cama cada día”… “Lucho por ayudar a la gente a sacar lo mejor de si mismos.
Por lo que he visto en su web, es lo mismo a lo que aspira su empresa” es fácil luego discernir a quien eligieron para el puesto.
Hace menos de un mes falleció mi suegra, Juana La Rosa Urbani quien era como mi segunda mamá, ella tenía 87 años, de apariencia de 60 años y con un espíritu de joven universitaria, será porque seguía enseñando música desde hace más de 53 años en una universidad de prestigio a muchachos (as) entre 18 a 25 años.
Esta mujer inculcó en sus alumnos a sacar lo mejor de sí mismos, y lo pude comprobar no solo en los conciertos que durante 20 años pude asistir al ver la calidad de músicos, tenores, sopranos, barítonos, bajos, etc. que participaban en sus conciertos, sino además por los testimonios que recibimos luego dando muestras de agradecimiento no solo por lo buena maestra que fue sino por que la veían como una segunda mamá que los ayudó en muchos aspectos humanos y espirituales, y así no solo sacó lo mejor de sus alumnos sino además el sentirse queridos, escuchados y cercanos a Dios.
¿Cómo encontrar el propósito?
Encontrar cuál es tu propósito es algo muy importante pues es el motor que nos llevará adelante en momentos de dificultad y que nos diferenciará del resto y a la vez nos alineará con aquellos que tengan nuestro mismo propósito.
Pero encontrar nuestro propósito, no puede ser superficial, supeditado a objetivos meramente materiales (dinero, poder, fama) ya que se desvirtuaría la esencia del PORQUE.
Encontrar nuestro propósito es algo muy importante pues es el motor que nos llevará adelante en momentos de dificultad.
Un ejemplo de un PORQUE de una empresa: “Hacemos papel para reflejar grandes ideas”. Esto ya diferencia del solo hecho de fabricar papel, le da un fin más trascendente.
Simon Sinek indica que: “las empresas que inspiran, que consiguen confianza y lealtad en el tiempo son las que nos hacen sentir que estamos consiguiendo algo más importante que ahorrar un céntimo”.
El por qué se desarrolla en el sistema límbico del cerebro y es el sentimiento de unirnos a algo más grande, responsable de todo nuestro comportamiento, toma de decisiones, así como de la lealtad y confianza.
Las bases que forjan la lealtad y la confianza son la empatía y solidaridad, en dejar de pensar en uno y preocuparse por el otro.
Juan Pablo I y el cielo
Hay una anécdota que cuentan de Juan Pablo I el papa que gobernó la iglesia por solo 33 días, tuvo una catequesis con los niños y les estuvo explicando qué era el cielo y qué era el infierno.
Y les contaba que el infierno era como una mesa espectacular, llena de suculentos manjares, solo había un detalle; que los cubiertos son tan grandes que por más que intentan meterlo en su propio plato no pueden y todo el mundo se desespera; eso es el infierno.
Y el cielo es la misma mesa, los mismos platos, los mismos cubiertos, las mismas distancias… Sólo hay una diferencia: cada uno coge del plato del de enfrente y le da de comer al de enfrente y el otro coge de tu plato y te da de comer. El cielo es el reino de la entrega y del amor.
Esa solidaridad y espíritu de comunidad comienza en nuestro hogar y se nos debería enseñar ahí, para que luego se extienda a tus vecinos, en tu trabajo, en tu país.
Comencemos por ser más generosos y desprendidos de nuestros apegos y colaborar en casa, perdonando y dejándose perdonar, quitando de lado el orgullo, la ira, la envidia, etc., y dando esa cucharada de cercanía y amistad, ya que al final de nuestros días solo nos llevaremos el equipaje de la caridad. Tal vez allí encontremos nuestro propósito.